lunes, 27 de mayo de 2013

La Mucuy


JUEVES
Doña Eloísa sabe que los jueves es el día de los sueños y de encuentros cuajadores de prolongados secretos. Cuenta que siendo niña observaba subir a un par de jóvenes por prolongados y difíciles caminos con la única meta de verse.
La muchacha de esta antigua historia era de piel muy blanca, casi trasparente. A pesar del frío su vestido claro se confundía con la neblina. En su borde habían pintado con finos pinceles flores rosadas, pálidas, casi marchitas, secas, pero nunca llegaban a caerse de sus ramas delgadas y verdes.
Esta pareja sin retrato llamaba el cuarto día de la semana, sus jueves. Era la única vez que podían verse. Él, en su nerviosa marcha dejaba caer remendados pañuelos, hechos de un rollo de tela de lienzo fino que había comprado para su estrategia.
Esto sólo sucedía en los primeros minutos de una mañana que a veces parecía fresca, cómplice y hasta desdichada. Algunos días muy temprano su chica se confundía entre la neblina, no podía verla, sólo olía su fragancia la cual se trasformaba en perfumes.
Cuando el silencioso y prolongado pretendiente acabó todas las olorosas plantas de Bay Rum sembradas por su abuelo, pues cada jueves sacaba tres hojas y las colocaba impregnadas en sus pañuelos con alcohol comprado en la Botica, entonces se acercó a su amada del silencio y se la llevó bajo pocas promesas.
La joven mujer llegó a guardar tantas de estas suaves y olorosas telas que tiempos después zurció un único vestido el cual lleva puesto desde hace más de treinta y tres años. Se llama Genoveva y le dicen Doña, aunque muchos vociferan que es loca.
Pastorea melancólicas vacas, mientras pasa las horas descansando bajo la sombra de un antiguo árbol, protegido por un falso hecho con alambres de púas y maderos secos que parecieran van a desbaratar la única entrada que divide la marcha hacia su casa.
Genoveva sabe que Júpiter es el dueño de todos jueves. Ese día van confeccionados junto a su vestido, eternos retazos de telas y fechas que componen una semana escapada.
Miguel A. Jaimes N.

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